La osteopatía craneal nace en EEUU, pero el país donde esta disciplina está más en auge es en Francia. Este mecanismo fue descubierto por el Dr. William Gardner Sutherland en 1939.
Demostró el hecho de que, gracias a las suturas, los huesos del cráneo pueden moverse: es evidente que no se mueven de la misma forma que la articulación de la rodilla o de una vértebra. Sin embargo, el hueso vivo es flexible y permite un cierto grado de deformación mínima en su estructura. De hecho, existen articulaciones entre los huesos del cráneo: son las llamadas uniones suturales.
La osteopatía craneal, es la que trabaja sobre la movilidad de los huesos del cráneo y las restricciones meníngeas. Tiene una influencia importante sobre el Sistema Nervioso Central.

Se centra en detectar y corregir los desequilibrios del Sistema Cráneo-Sacral. Éste está formado por un conjunto de membranas llamadas meninges y por el líquido cefalorraquídeo. Ambos, envuelven y protegen el cerebro y la médula espinal, es decir, al Sistema Nervioso Central. El recorrido de este sistema va desde el cráneo, bajando por la médula espinal y llegando hasta el sacro-coxis.
Es una técnica que equilibra el Sistema Nervioso y por tanto tiene efectos muy profundos a nivel físico, emocional y mental.
Esta parte de la osteopatía puede ayudar en casos de cefaleas, migrañas, dolor de cuello y espalda, disfunciones de la A.T.M., bruxismo, problemas respiratorios, digestivos, vasculares, mareos, vértigos, acufenos o tinnitus (pitidos o zumbidos de oídos), problemas oculares, de oído, sinusitis y rinitis, desarreglos hormonales, trastornos emocionales, depresión, insomnio, estrés, hiperactividad, problemas de concentración, ansiedad, entre otros.
Está especialmente indicada en bebés y niños, sobre todo en casos de partos complicados (con fórceps, ventosa, vuelta de cordón…), cólicos del lactante, tortícolis infantil, estreñimiento, bronquiolitis
Es por lo tanto muy importante tratar el cráneo desde la infancia, incluso desde el nacimiento, ya que en esa etapa el cráneo, que aún no está totalmente osificado, es muy maleable.
El osteópata deberá liberar las suturas y las ataduras musculares del cráneo para suprimir estas tensiones.

- La idea de que el cráneo pueda moverse nos sorprende y puede que nos haga sonreír; sin embargo, no hay que olvidar que en el cuerpo humano todo está en movimiento, incluso en la escala celular: el hígado palpita, el corazón late, los intestinos se mueven gracias al peristaltismo.